Con la rutina de los horarios, ambos matrimonios de Cádiz, se han apresurado a hacer las maletas, recoger un poco la habitación (no vayan a decir que somos muy desordenados), bajar a desayunar, pasar por caja del hotel (recuentos mentales de los gastos generales del viaje); hoy no han ido a comprar pan ni han organizado ningún picnic, han cargado las maletas en el coche, puesta la dirección del aeropuerto en el navegador y, ya se encaminan prestos en el coche.
De combustible van más bien justitos, así que cargan el
tanque; aquí en Suiza, para no ser menos, el diésel también está algo más caro
que en España, a 1,53 francos suizos el litro (aprox 1,45 euros el litro).
En unas 2
horas recorren el trayecto desde Frutigen al Aeropuerto de Zurich (unos 180
kms).
Justo en
el aeropuerto vuelven a repostar en la gasolinera, para dejar el tanque del
coche de alquiler lleno y evitar el excesivo recargo por no dejar el
combustible al máximo de capacidad del tanque.
Dejar el coche en el edificio del parking 3 es todo un
ejercicio de malabarismo: lee las indicaciones que casi no existen, manten el
ritmo del trafico para que no achuchen demasiado, no hagas ninguna maniobra
brusca no vayas a terminar en el chapista. En fin, que dieron 2 vueltas para
encontrar el escondido parking 3.
Allí dejas el coche y las llaves y te largas. O sea, que
se fían de ti y tú te tienes que fiar de ellos. Hasta luego Lucasssssssss.
El aeropuerto de Zúrich es bastante grande y requiere de un poco de paciencia y seguir bastante bien las indicaciones para llegar a facturación, de allí pasar los controles y encontrar la puerta de embarque. Una vez hecho todo eso dos cometidos:
-Primero: tomar algo, es casi la 1 de la tarde y se echa de menos el picnic
Aquí en el aeropuerto seguimos con la misma inercia: una
Coca-cola 5 francos suizos.
-Segundo: terminar con las pocas monedas suizas que les quedan comprando algo mas de chocolate Lindt
-Segundo: terminar con las pocas monedas suizas que les quedan comprando algo mas de chocolate Lindt
El vuelo es tranquilo y pasa rápido leyendo a duermevela.
Al llegar a Málaga, en el pasillo de salida hacia la recogida de equipajes, un miembro o miembra de “ambos matrimonios de Cádiz” alerta al resto: “oye que nos hemos venido y no le hemos comprado a los niños chocolate Toblerone y fijaros que aquí están más baratos que en Suiza; ¿por qué no se los compramos?
Sin comentarios
El temible aparcamiento del aeropuerto fue solventado
con anterioridad con la oferta de Aena, con lo que la friolera de 142 euros por
siete días de estancia la que pudieron dejar en 48 euros. Alucinante el efecto
que tiene estar informado, pero cierto como el sol que te alumbra.
Para hacer mas llevadero los casi 250 kms de distancia a
Cádiz, hicieron una alto en el Area de Servicio de La Palmosa, en Alcala de los
Gazules, concretamente en el Restaurante Los Corzos. Allí volvieron a relajarse
a la hora de pedir un café con leche, el precio iba a ser sensiblemente menor:
1,10 euros el café. ¡Viva España!
El viaje ha ido fenomenal; caro pero excepcional. Naturaleza y paisajes merecedores de una
visita. Quizás se requieran más días para dedicarlos a patear por los senderos,
a disfrutar de atardeceres y vistas increíbles. Aire libre y paseos en unos
marcos incomparables. Si se estudian bien las diferentes posibilidades se podrían
evitar algunos tickets y gastos.
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
"Al túmulo del Rey Felipe II en Sevilla".
Miguel de Cervantes Saavedra.
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
"Al túmulo del Rey Felipe II en Sevilla".
Miguel de Cervantes Saavedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario