De como "ambos matrimonios de Cádiz" suben y bajan por carreteras de vertigo y entran en un glaciar, frio, frio.
Aquí en Suiza, los despertadores suenan puntuales y pronto, demasiado pronto, demasiado temprano para estar de vacaciones, son las 06:30 horas, y ha amanecido. Ya se sabe el lío del meridiano y de los husos horarios; que si en España estamos en la hora de Berlín cuando deberíamos estar en la hora de Greenwich, que si el meridiano que debería predominar es el de San Fernando y no el de Greenwich, que si las sumas y restas de horas primaverales y otoñales, sea como sea, aquí en Frutigen el Sol se cuela por las cortinas de la ventana antes que en Cádiz. Y eso jode.
Tras los aseos y demás preparativos, ambos “matrimonios de
Cádiz” se encuentran sobre las 07:30 horas en el salón para el desayuno. Anoche hubo truenos y relámpagos, desde la pequeña terraza de las habitaciones se
habían sobrecogido con los estruendos contenidos por las montañas y los
resplandores que iluminaban la noche. Mucho ruido y pocas nueces: llovió poco.
Hoy se enfrentan a un largo recorrido en coche, desde
Frutigen buscando el valle de Halistal hasta Meirigen y luego hacia la ruta de
los tres puertos (Grimselpass, 2.165 mts, Furkapass, 2.453 mts y Sustenpass,
2.264 mts) aunque solo recorrerían los dos primeros.
Tras volver a comprar el pan, la barra de pan blanco a 3
francos suizos, y componer las mochilas con los bocadillos, las barritas de
cereales con fruta y las botellitas de agua. Hoy ha tocado el bocadillo español
por antonomasia: jamón ibérico pata negra de la Sierra de Aracena,
concretamente del pueblo de Jabugo; y de
regalo otro bocadillo de queso manchego semicurado en pan untado con foie.
Poco antes de las 9 de la mañana ya están circulando con el
comedidas carreteras suizas.
La primera parada es las CASCADAS DE REICHENBALL, famosas por su mención en el relato corto
“La solución final”, donde el escritor Arthur Conan Doyle da por
desaparecido/muerto al sin par detective Sherlock Holmes.
El Lunes 4 de Mayo de 1.891, Sherlock Holmes, a la edad de 37 años, desaparece en las cataratas de Reichenbach. El Dr. Watson informa al mundo, gracias a una nota dejada por su amigo, que ha tenido un fatal encuentro con el famoso criminal Prof. James Moriarty, y que probablemente haya muerto tras la escritura de esta nota. Watson supone que ambos contrincantes, en la lucha que a buen seguro sobrevino, cayeron por la escalofriante cascada.
Se avanza vadeando el rio y junto a la pared de la montaña con lo que puede hacer frio y humedad.
Así pues, de vuelta a la carretara, en camino hacia el GLACIAR DEL RÓDANO, para ello
continuaron hacia GRIMSELPASS el
primer puerto de los tres que conforman la RUTA
DE LOS TRES PUERTOS (Grimselpass, 2.165 mts, Furkapass, 2.453 mts y Sustenpass,
2.264 mts).
El Lunes 4 de Mayo de 1.891, Sherlock Holmes, a la edad de 37 años, desaparece en las cataratas de Reichenbach. El Dr. Watson informa al mundo, gracias a una nota dejada por su amigo, que ha tenido un fatal encuentro con el famoso criminal Prof. James Moriarty, y que probablemente haya muerto tras la escritura de esta nota. Watson supone que ambos contrincantes, en la lucha que a buen seguro sobrevino, cayeron por la escalofriante cascada.
Durante casi 3 años no se supo qué pasó exactamente en aquel
paraje, y es el 5 de Abril de 1.894 cuando Sherlock Holmes reaparece y aclara que sobrevivió al duelo con
Moriarty.
En otras palabras: Conan Doyle estaba hasta el gorro del
personaje pero las presiones de los
lectores y la necesidad de volver a hacer caja le obligaron a reaparecer/resucitar
al personaje y sus aventuras deductivas.
Con estos comentarios en el coche, ambos “matrimonios de
Cádiz” han pasado, sin parar, por el pueblo de MEIRINGEN, dejando para el final del día la visita al museo de
Sherlock Holmes. Al poco han encontrado el
cartel que indica la dirección de la derecha, con el nombre de las cataratas;
con un poco de dudas, pero teniendo como referencia un pequeño hospital colindante con el punto de salida a las
cataratas, han aparcado el coche en el parking al aire libre junto al
hospital. Es gratis.
Al llegar, en la misma caseta del funicular, un simpático
empleado multiuso (vendedor de tickets y conductor del funicular) les ha
vendido la entrada conjunta a las cataratas y a la garganta del rio Aare por 17
francos suizos: no ha lugar a ningún descuento con ningún tipo de tarjeta.
El funicular que parece un trenecito de feria y los sube a
las cataratas por una vía muy empinada, atravesando el bosque que cubre la
ladera de la montaña, es en si mismo una atracción. El recorrido es
impresionante tanto por el artificio que logra vencer la pendiente tan
pronunciada como por las vistas de los parajes, tanto de la montaña como del
valle que van dejando atrás.
Donde les deja el funicular comienza el recorrido, a partir de un
mirador desde donde se aprecia la gran
cascada protagonista de la caída de Sherlock Holmes. Desde aquí se ve la
estrella blanca que marca el lugar exacto de la pelea y posterior caída al
precipicio, han construido un pequeño saliente con una barandilla para poderse
asomar al vacío.
A partir del mirador hay que ir subiendo, a veces por un
camino lleno de escalones, y otras por senderos rodeados de vegetación, con
sucesivas paradas para observar las diferentes cascadas.
Hay varios miradores y lugares de descanso, pues la pendiente
es pronunciada por momentos, y se agradece un asiento para recuperar el
resuello. El recorrido es muy frondoso,
con sombras refrescantes en un día caluroso, hay mucha agua por todos lados,
cascadas y pequeños estanques.
Finalmente ambos “matrimonios de Cádiz” llegan a un punto donde se acaba el sendero y
aparece una carretera. Tras buscar alguna indicación que no encuentran, y el
consecuente parlamento entre los dos esposos venidos a exploradores
geolocalizados, deciden, sin cruzar la carretera, bajar por el sendero de la
izquierda según se sube.
Aunque es cuesta abajo, todo el trayecto puede llevar en
torno a la media hora, por un piso un tanto pedregoso y resbaladizo que obliga
a andar con cuidado. Es el momento de
prestar el brazo fornido y el sutil apoyo;
casi no hay nadie, y la concentración de los cuatro hace que estén un
buen rato en silencio disfrutando de la bajada.
Hay que descender por el bosque hasta otra bifurcación con
carteles en alemán, algo muy aleccionador para quien no sabe alemán, y volver a
tomar el sendero de la izquierda, según se baja, para llegar al punto exacto
donde Holmes y Moriarty se precipitaron al vacío, punto marcado con una
estrella en la pared de la roca, y con una placa conmemorativa de la London
Society of Sherlock Holmes en el pequeño mirador al precipicio.
Llegados a este punto hay que decidir continuar bajando o
subir la cuesta que han dejado atrás. El funicular los ha dejado en la
BERGSTATION y desde aquí han subido hasta el cruce de la carretera , señalado
con la letra F en el mapa, (ZWIRGI), desde aquí han bajado hasta el
ABSTURZSTELLE SHERLOCK HOLMES lugar de la caída, señalado con la letra B. Se
puede continuar bajando de nuevo al parking dando un pequeño rodeo (entre 1:30
a 2 horas) o volver a subir y coger de nuevo el funicular de vuelta.
Conclusión del parlamento mantenido por los senderistas de
pacotilla: Vale que nos hemos comprado, cada uno, unas zapatillas de trekking, muy
monas, en Decathlon por 12 €; vale que cada uno está estrenado una mochilita,
muy apañada y aparente, y que llevamos agua, bocadillos y hasta barritas
energéticas; vale que es temprano y nos sentimos capaces de subir el Everest;
pero no me cuentes milongas que la cuesta más pronunciada que nosotros hemos
subido en nuestras vidas es la Cuesta de
las Calesas. Tira pa´ arriba que nos volvemos en el funicular. Deja esto de
tanta cuesta para las cabras, que por cierto, no hemos visto ninguna.
Una vez recogido el coche del parking del hospital salen
hacia la derecha en dirección a INNERTKIRCHEN, para al poco, llegar a AARESCHLUCHT
(Garganta del rio Aar). Parking gratuito. Horario 09:00-17:00 horas. Miércoles
y Viernes tienen iluminación artificial, con lo cual cierran a las 23:00 horas.
Cruzan la carretera y entran en un camino de tierra,
paralelo al rio, que los dirige al pequeño complejo con restaurante, tiendas y área
de juegos al aire libre, de entrada al
recorrido. En la ventanilla de la entrada han canjeado el ticket conjunto con
la catarata de Reichenbach por la entrada a la Garganta del Aare.
Por el camino han visto un par familias de judíos ultraortodoxos, ayer en el Matterhorn también vieron una excursion de jovenes judios ultraordooxos. Se les notaba que eran dos familias judias ultraordoxas completas; bueno podríamos llamarlas ultrafamilias: congéneres
y niños que cubren una amplia escala reproductiva. Pensando en 9 meses de
embarazo, casi dos de cuarentena y otro par de ellos para el acierto-error,
estos procreadores no han descansado. Los hasidicos se toman muy en serio eso
de “crecer y multiplicaros”, nada más que hay que verlos reunidos en familia. Ellos
llevan pantalones y levitas negras y camisas blancas mientras que ellas llevan
faldas largas con colores pocos llamativos. El padre lleva en la cabeza el
sombrero negro de ala ancha y un par de
hijos adolescentes llevan la Kippah negra (es como el solideo que llevan los
cardenales pero negro). Uno de los
gaditanos, más dado a retener ese tipo de información que sirve para poca cosa,
les comenta al resto: sabéis que esos sombreros están hechos con fieltro
natural y pelo de conejo, y que las Industrias Sombreras Españolas S.A. (ISESA) de Salteras, en la provincia de
Sevilla, cada año exportan más de 12.000 de estos sombreros para judíos ultraortodoxos
y rabinos. Pues ya lo sabéis. Los varones judíos ortodoxos llaman la atención
por lo feos que son y por llevar la cabeza casi rapada a excepción los famosos
tirabuzones o peots que les cuelgan delante de las orejas. Una monería de
hombres.
Es curioso, la de razas y culturas distintas que se ven en Suiza. No
sé qué tendrá esta tierra para atraer a tanto musulmán y tanto judío integrista
con sus ropas negras que los tapan y afean, tanto a ellas como a ellos. Ya lo
dijo el torero: Hay gente pa´ tó.
En fin, con estas disquisiciones llegan a la entrada de la
Garganta del rio Aare. El recorrido tiene una duración aproximada de 1´30 hora.
Es impresionante en toda su extensión, a veces vas por
pequeños túneles horadados en la pared de la montaña
y, otras veces, vas
sobre un camino hecho de maderas adosado al precipicio.
Se avanza vadeando el rio y junto a la pared de la montaña con lo que puede hacer frio y humedad.
Al terminar el recorrido, (aprox. 1,5-2 km) lo más oportuno,
es dar la vuelta y volver en sentido contrario disfrutando de la perspectiva
contrario; sin embargo existe un autobús
gratis cuya parada se encuentra en la salida que te puede llevar al parking del
inicio.
Ambos “matrimonios de Cádiz” han dado la vuelta y recorren
el sendero a paso más ligero, pues el hambre aprieta y los pensamientos se
dirigen a las viandas que portan en las mochilas. A la entrada al recinto de la
garganta han visto que el rio tiene una bonita ribera muy apta para hacer el
picnic reconfortante en el que tanto piensan a estas horas.
Una vez han dado cuenta del condumio se ponen en
camino, hacia el FUNICULAR GELMERBAHN. De vuelta en la carretera, desde Meiringen en
dirección a GUTTANEN hacia GRIMSELPASS se llega a HANDEGG, a unos 20 kms. Justo
antes de llegar se encuentra la parada del funicular de GELMER que sube al lago
de susodicho nombre: Gelmersee a 1.850 mts.
Lo particular de este funicular abierto es su inclinación, con 106% de
inclinación de máximo. Horario de 09:00-17:00 horas, aunque se venden todas las
entradas para el día muy rápidamente. ida/vuelta 32 CHF. En todos comentarios
se lee que los tickets, a pesar de su precio, se venden rápidamente, de estas
que cuando llegaron solo les vendían tickets para la subida teniendo que hacer
la bajada a pie. Y la idea no les entusiasmo nada en absoluto, tan poco, que
allí se quedó el funicular y la pendiente de subida.
Al lado del funicular hay un puente colgante por si los que
aún les queda ganas de vértigo.
El recorrido es el paraíso de los moteros, como podríamos decir,
es como la ruta de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz pero a lo bestia. En
Cádiz se sube el puerto del Boyar de 1.100 mts y aquí, estos brutos, suben
puertos del doble de altitud y al doble de velocidad. Se van cruzando con muchas motos y coches
conducidos por inconscientes que desprecian las curvas cerradas con pendientes
y sus vidas y las de los que vamos acongojados en cochecitos de pequeña
cilindrada. Vamos una diversión pa´matarse.
Como todo, en esta parte de Suiza, las vistas son
impresionantes, se pasa junto al rio Aare, el lago artificial y el lago natural
con toda la diversidad de azules. Hay muchos miradores donde apreciar los
paisajes de valles y montañas.
Una vez pasado GRIMSELPASS bajan por una carretera que continúa plagada de
curvas y de velocistas en dirección a FURKAPASS.
De vez en cuando, también se ven esforzados ciclistas con un ojo en la rueda
delantera de su bicicleta y el otro en el lado contrario de la carretera.
Justo antes de llegar al puerto se encuentran con un gran
complejo, en el que está el Hotel Belvedere y justo enfrente un parking y una tienda
de souvenirs. La tienda es la entrada al GLACIAR
DEL RÓDANO, como lo oyes; entre
ellos el comentario: qué fue antes la entrada al glaciar o la tienda que
contiene la entrada, con seguridad lo primero fue el glaciar. Algún suizo pensó
en cobrar y puso el torno de entrada o puso la tienda y luego abrió una entrada
al glaciar y puso el torno. El caso es que atravesaron una tienda de souvenirs
de lo más cañí, estilo película de Alfredo Landa ambienta en el Benidorm turístico
de los 60, y tuvieron que aflojar 7
francos suizos por menda. Horario 09:00h-18.00h.
Cruzaron el torno para bajar por un camino, un poco
escarpado, por el que llegaron a un mirador desde donde contemplaron el glaciar
y, un poco más abajo, el lago que iba formándose por el deshielo, ante la
lengua de hielo del glaciar. Fue el momento, en el que la convivencia de una
pareja, hizo decir a la esposa mirando a su marido: No quiero saber nada del
movimiento de los glaciares ni de las morrenas ni de todas esas chorradas que estudiamos
en la EGB y que sé que aún te acuerdas. Anda baja y déjame que me agarre no me
vaya a resbalar.
Siguiendo el camino bajaron hasta la entrada a una gruta
excavada en el hielo del glaciar.
La temperatura puede llegar a ser muy baja, normalmente por
debajo de los 0ºC, y en algunos sitios gotea desde el techo hilos de agua
producto de la descongelación del glaciar. Ellos, precavidos de natural que
son, portaban unos anoraks, que fueron la envidia de aquellos que los vieron y,
que les permitió permanecer el tiempo que consideraron oportuno, para las fotos
acreditativas, dentro del camino que surcaba el trozo de glaciar.
Fue
una simpática experiencia, entre singular y arriesgada, pues mientras deambulaban
en el interior de glaciar, rodeados de una luz blanca-azulada, especulaban con
la caída del hielo sobre sus cabezas o con el deslizamiento brusco de toda la
masa de hielo. Nada de eso ocurrió.
Os voy a ahorrar todo lo transcurrido en el camino de vuelta
hasta llegar a MEIRINGEN de nuevo. Esto lo hago para evitaros lecturas poco
aportadoras a la logística del viaje y, para mi descanso, pues voy a merendar.
Ahora vuelvo.
Como iba diciendo, llegaron a MEIRINGEN con estas que estaban de fiesta, de verbena.
Posteriormente averiguarían que tenían verbena en la calle principal, todos los
Miércoles del verano. Una auténtica fiesta popular alpina, con sus mesas de
madera con bancos corridos donde tomar cerveza del país con una bratwurst
blanca o roja bañada en mostaza y patatas fritas. En la calle principal las asociaciones
culturales del pueblo, entre ellas, el equipo de futbol, del mismo “color
amarillo maldito para los artistas”, habían montado barras portátiles.
Una
verbena con su coro de señoras recien salidas del club de costura y su trio de
trompas alpinas. La trompa de los Alpes o alphorn o alpenhorn.
Todo muy popular, muy rústico, pero a lo suizo, o sea, a 5
francos suizos la cerveza y otros 5 por la salchicha con patatas fritas. Aquí en
Cádiz, sería como una verbena popular pero en Vistahermosa.
Aquí rodeados de felices suizos dándoles a la cerveza
mientras suena estas músicas tan suaves, como sin querer molestar, se les vino
la noche. Momento en el que pensaron batirse en gloriosa retírada, cantando bajito.
El
conductor, dirigiéndose al otro miembro masculino del grupo le espetó: “picha, ¿tú
crees que aquí harán controles de alcoholemia la Guardia Montada Suiza del Canadá?”.
La esposa, rápida y audaz, le soltó “Oye, tu no estarás mal para conducir, no?.
¿Tú cuantas cervezas te has tomado?”. Y
sin esperar respuesta: “ Nada, nada, a dar un paseo. Fíjate que de este pueblo, de Meiringen, son
originarios los pasteles que tanto te gustan, los merengues, aquí los creó un
pastelero italiano con claras de huevo y azúcar. Ahí estoy viendo una pastelería
abierta y nos vamos a tomar un cafetito con unos merengues. Verás cómo conduces
mejor.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario