Es Viernes, y tras el pequeño descanso de la tarde anterior, las fuerzas se han recobrado y ambos “matrimonios de Cádiz” se disponen a disfrutar del penultimo día que les queda en Suiza. Hoy acometen una jornada alejada de las esplendidas cumbres de Los Alpes pero sin abandonar la montaña; hoy es un día más urbano, mezcla de Naturaleza y ciudad: recorrido en barco por el Lago de los Cuatro Cantones, subida al Monte Pilatus y visita a Lucerna.
Los quehaceres matutinos se desarrollan con normalidad;
los aseos reglamentarios se cumplen disciplinariamente; las reconstituciones,
restauraciones y rehabilitaciones corporales se realizan con presteza y reciben
el premio por parte del espejo. Acto seguido: la salida tempranera para comprar
pan que sustente el tentempié del día; hoy tienen el que han llamado “Bocadillo
Gourmet”, hecho a base de melva canutera de Tarifa en aceite de oliva con el pan untado con Lemon Curd. (receta en el blog)
A dos días de dejar Suiza tienen algo de jamón ibérico y queso manchego de más, asi pues, hacen un pequeño bocadillo extra para cada uno.
A dos días de dejar Suiza tienen algo de jamón ibérico y queso manchego de más, asi pues, hacen un pequeño bocadillo extra para cada uno.
Cuando preparaban el viaje, decidieron dedicar un día a
Lucerna y su lago visitando el Monte Pilatus en detrimento del Monte Rigi. No
les fue fácil decidir entre ambos promontorios: en contra de Pilatus mayor
coste, en contra de Rigi menores vistas y atractivos. Así pues, la decisión se
sustentó en la filosofía del “poyá”: poyá que hemos venido hasta aquí pues…..eso.
Sobre las nueve de la mañana ya estaban en marcha. Desde
Frutigen a Lucerna tardan algo más de una hora en recorrer los
aproximadamente cien kilómetros que los separan. Aparcaron en un gran parking
junto a la estación de trenes y se dirigieron a la Oficina de Turismo en la
fachada lateral de la estación de trenes. Allí revisaron las diferentes
opciones y tomaron la más práctica: el Circuito Dorado.
En barco navegando por el lago de los Cuatro Cantones hasta Alpnachstad, desde allí en tren cremallera subiendo hasta el Monte Pilatus, para después bajar en teleférico hasta Kriens y, por ultimo, montar en autobús para volver a Lucerna. Aplicando el descuento del 50% de la tarjeta Swiss Pass Half Fare la broma asciende a 53 francos suizos, unos 49 euros.
En barco navegando por el lago de los Cuatro Cantones hasta Alpnachstad, desde allí en tren cremallera subiendo hasta el Monte Pilatus, para después bajar en teleférico hasta Kriens y, por ultimo, montar en autobús para volver a Lucerna. Aplicando el descuento del 50% de la tarjeta Swiss Pass Half Fare la broma asciende a 53 francos suizos, unos 49 euros.
Justo cruzando la plaza desde la puerta principal de la
estación de trenes se encuentra el muelle de embarque, tiene diferentes
atraques y, buscando en un monitor dieron con la puerta concreta.
En el embarcadero número uno comienza el recorrido de
LUCERNA a ALPNACHSTAD con algunas paradas intermedias.
Hace calor y el Sol cae de pleno en toda la cubierta,
sin posibilidad de resguardo anti-rayos ultravioleta uno de los maridos, el de
piel más caucásica, recordó la visita al Matterhorn y los efectos sobre su
frente y cara que provocaron los rayos del Sol, por lo que, rápidamente, se
embadurnó de crema con protección máxima, y se confeccionó un pseudoturbante
con un gran pañuelo que llevaba su esposa. Una imagen, podemos decir: peculiar;
ande yo protegido, ríase la gente.
El trayecto por el lago viene a durar unos 60-80
minutos; y como todos los paisajes en Suiza, son dignos de exaltación: un lago
celeste, grande y tranquilo rodeado de montañas con sus riberas salpicadas de
bonitas casas y embarcaderos coquetos. Vamos de postal de lagos suizos, suizos.
En ALPNACHSTAD al desembarcar cruzan la carretera hacia el frente, donde está la estación del tren cremallera. No tiene perdida, sólo se
dejan llevar por la manada de turistas que se dirigen al mismo lugar.
Al llegar, antes de pasar a la pequeña explanada, te dan
un cupón con coloración diferente según el turno asignado para acceder al tren
y, justo unos diez minutos antes de la salida abren la entrada al vagón.
Mientras esperean han comprado un par de botellitas de agua, en un pequeño bar dentro de las instalaciones, (no os asusteis, advierto): a 5 francos suizos la botellita, algo más de 4,8 euros, la botella de cerveza tenia el mismo precio. Sin comentarios:
Mientras esperean han comprado un par de botellitas de agua, en un pequeño bar dentro de las instalaciones, (no os asusteis, advierto): a 5 francos suizos la botellita, algo más de 4,8 euros, la botella de cerveza tenia el mismo precio. Sin comentarios:
Habían leído que es el tren cremallera con mayor
pendiente del mundo, y que debían sentarse en el lado derecho mirando hacia
abajo para poder contemplar las mejores vistas.
Se produce otra “cola del mes de Agosto”, tiempo que
dedican, por un lado a observar a tanto turista sudoroso y ansioso por
llegar, llegar, a donde sea, pero llegar. Hay turistas que solo quieren llegar, llegar para poder decir "yo estuve allí", llegar para verlo, verlo, fotografiarlo y ya está, no quieren más; son turistas en perpetuo transito hacia el lugar de postal. Hoy abundan los norteamericanos, se
les conoce por las chanclas que llevan ellas, ya puedan llevar falda o pantalón
no desisten de sus cómodas chanclas playeras (sobre todo si proceden de la costa
Este); ellos prefieren las zapatillas Nike con pantalones cortos; ambos, ellos
y ellas, acostumbran a ser de talla King Size.
El otro entretenimiento “en la cola” es observar como intercambian
los vagones para que la maquina ocupe el lugar designado; a los suizos les
encantan los trenes y las operaciones ferroviarias. Se les nota.
Ascender por las laderas es toda una atracción en si
misma, no sólo se paga el trasporte, pagas el viaje en si mismo. La ascensión
es todo un motivo turístico.
Y Poncio volvió a las andadas, con lo que la gente de Lucerna vivía asustada
por las furias de Pilatos. Además, ahora le dio por aparecerse, sentado en
medio del lago, los Viernes Santos durante la Pasión. Al lago lo llamaron el
Lago de Pilatus y, obviamente al monte, el Monte de Pilatus.
A mediados del siglo XVI las manifestaciones comenzaron
a disminuir, y en 1.585, el sacerdote de Lucerna, acompañado de un grupo de paisanos
valientes, subió hasta el Monte Pilatus para desafiar al fantasma. Tiraron
piedras al lago, removieron el agua y se metieron en ella, pero el fantasma no
reaccionó. Ni mu. Para asegurarse de que el fantasma de Poncio Pilato no podría
continuar con sus travesuras, en 1.594 fue excavada una brecha en la pared del
estanque para evacuar toda el agua y comprobar la desaparición del cadáver. No
fue hasta 400 años más tarde, en 1.980, cuando se atrevieron a cerrar la
brecha, y desde entonces el lago vuelve a contener agua, pero esta vez
tranquila sin los enfados del espectro. Ya no está el fantasma pero se mantiene
su nombre: Monte Pilatus.
Con estas que llegaron a la cima del MONTE PILATUS, al
bajar del tren desembocan en un gran salón con amplios ventanales al valle por
el que han ascendido.
Pero hete aquí, que justo tras los grandes ventanales, en un gran saliente de la montaña hay un loco del parapente se dispone a lanzarse al vacío, todo un espectáculo que no se pierden.
Descansan Hoy estan de suerte, por una de las caras más escarpadas y empinadas del monte van subiendo dos escaladores en escalada libre, esto es, usando solo las manos y los pies, concretamente chico y chica con las manos manchadas del blanco del talco. Suben con destreza mientras una masa de turistas los observan, fotografian y graban en video. Nada, nada, suben hasta el pico sin contratiempo alguno. Acaba la diversión, y uno de los esposos le comenta al otro: "te has fijado lo bien, pero que muy bien, que escalaba ella, lo bien que movia los brazos y las cachas,..., oy, perdón, quiero decir las piernas."
De tanto subir y bajar escalinatas se les ha abierto el apetito, y en un espacio a tal efecto, con unas mesas a modo de merenderos, de los que, por cierto, hay pocos en Suiza, se disponen a dar cuenta del picnic: Bocadillo Gourmet, barrita de cereales con fruta y miniciruela suiza sisada en el desayuno-buffet del hotel.
De tanto subir y bajar escalinatas se les ha abierto el apetito, y en un espacio a tal efecto, con unas mesas a modo de merenderos, de los que, por cierto, hay pocos en Suiza, se disponen a dar cuenta del picnic: Bocadillo Gourmet, barrita de cereales con fruta y miniciruela suiza sisada en el desayuno-buffet del hotel.
Comienzan la bajada en el telecabina hasta KRIENS, están
a una cierta altura y la cabina se balancea, balanceo amplificado cada vez que
se acercan a un poste de enlace. Hacen parada en FRÄKMÜNTEGG, donde ofrecen
a la chavalería muchas actividades, entre ellas una tirolina, pasos a cierta
altura entre árboles y, el tobogán Rodelbahn de 1.350 mts. Ambos
“matrimonios de Cádiz” son de natural intrépidos, pero hoy no están por la
labor, comentan sus recuerdos de la tirolina de Portugal, en Pena Aventura Park, cerca de Galicia, pero hoy no estan por la labor.
Vuelven al telecabina y bajan hasta KRIENS donde tienen
que tomar el bus 1, siguiendo las señales en azul
Con las señales, un poco de orientación y el resto de
turistas que buscan lo mismo que ellos, dan con la parada del autobús y tras
recorrer un corto trayecto llegan hasta LUCERNA, lugar de partida, junto a la
estación de trenes.
Lucerna, la mayor ciudad del centro de Suiza, es una de
sus ciudades más atractivas. Durante la Reforma, lideró la resitencia católica
en Suiza. Hoy el mayor soporte de su economía es el turismo.
Compacta y fácil de recorrer, cuenta con un
magníficamente conservado casco antiguo peatonal en la orilla norte del río
Reuss, al cual podemos acceder cruzando el
KAPELLBRÚCKE (puente de la Capilla) que lo encontramos a la izquierda de
la estación de tren.
Desde la parada del autobús, junto a la estación de
trenes han cruzado al frente y a la izquierda hacia la avenida arbolada,
paralela al rio, que lleva hasta el Puente de la Capilla.
El KAPELLBRÜCKE, puente peatonal cubierto del siglo XIV,
es el puente de madera más antiguo de Europa, símbolo de Lucerna. Bonitamente decorado con flores.
Hace calor y buscan, sin encontrarlo, un sitio por el
que bajar al rio con la intención de poner los pies a remojo en la que imaginan
fresquitas aguas. Nada de nada, esto se mira pero no se mete los pies.
El puente que cruza en diagonal el rio Reuss formaba antiguamente
parte de las fortificaciones de la ciudad, en su centro se une a la WASSERTURM,
torre octogonal, que ha servido de faro y prisión.
En frente tenemos la ALTSTADT, el casco antiguo,
defendido por una muralla por su flanco Norte, conserva su distribución
medieval y muchas fachadas originales están pintadas con frescos de colores.
Una vez cruzado el rio, siguen por la BRUGGLIGASSE hasta
el MUSEGGMAUER (museo de la muralla), las murallas con una extensión de 850
metros se extienden desde el rio hasta casi el lago. Cuenta con 9 torres, subir
a la Torre de Vigilancia. Siglo XV. Para ser sinceros, las han visto desde
lejos, pues les da un tremenda pereza, subir por aquellas calles, con la solana
que está cayendo.
Han vuelto sobre sus pasos para dejarse llevar por la
sombra de las fachadas buscando la KAPELLPLATZ y su fuente rematada con la
esfinge de FRITSCHI, personaje asociado a la primaver y figura central del
famoso Carnaval de Lucerna, asociado a la primavera y la fiesta.
Como genuinos gaditanos, se dicen: si a esta gente les gusta el Carnaval de Febrero, esta gente tiene que ser buena gente.
Como genuinos gaditanos, se dicen: si a esta gente les gusta el Carnaval de Febrero, esta gente tiene que ser buena gente.
A poco de caer la tarde, llegan hasta la arteria principal
del centro comercial, la calle HERTENSTEINSTRASSE, y se espetan: han conseguido
que todas las calles comerciales de todas las ciudades se parezcan, con tanta
franquicia y tanto postureo del tres al cuarto. Al final de la calle van a dar
con un entrelazamiento de avenidas y un nudo de tranvías: la Alpenstrasse,
Zurichstrasse y Lowenstrasse. Desde aquí continuando por la DENKMALSTRASSE se
encaminan hacia la LÖWENPLATZ, un poco enrevesado, pero más o menos es como un
pequeño parque de una barriada de las afueras de cualquier ciudad.
En el pequeño parquecito, esculpido en la roca viva de
la pared del montículo que lo limita, se encuentra el LÖWENDENKMAL una inmensa
figura de un león moribundo atravesado por una lanza (1.821) frente a un
pequeño estanque donde se refleja.
El esposo Wikipedia-dependiente entra en acción: esta
escultura del “León Moribundo” es un homenaje a la Guardia Suiza, concretamente
a la lealtad y la valentía de las tropas mercenarias suizas, ("Helvetiorum Fidei ac Virtui"), que pesar de ser
conscientes de su derrota inminente, son fieles a la palabra comprometida y,
entran en una lucha desigual para caer diezmadas. Narra lo acaecido en la
defensa del Palacio de las Tullerías en 1.792 en la Revolución Francesa, motivo
por el que se ve esculpida la flor de lis en el escudo donde descansa la cabeza
del león. De mil soldados quedaron trescientos en pie.
Ambos “matrimonios de Cádiz” cansados están sentados en
un banco de madera estratégicamente colocado para apreciar la belleza del
pequeño estanque y de la triste figura del león herido de muerte; esperan a que
un grupo de japoneses llegados en impetuosa estampida tras la apertura de
puertas de su autobús, hagan en dos breves y ansiosos minutos todas las fotos
de rigor, y despejen la línea de visión de una puñetera vez¡¡¡¡. ¡¡¡¡Vaya tela, con los chinos estos que están
en todas partes¡¡¡¡¡.
El día ha sido muy caluroso y han bebido mucha agua, más
de lo habitual, con lo que las necesidades fisiológicas en menor cuantía
reclaman la dedicación de las vejigas y las uretras. Se produce un peregrinaje
miccional hacia el sucio wáter maloliente público que existe en el parque y, que
les obliga a jugar al juego de “a ver cuánto tiempo tardas en no respirar
mientras meas”. Las condiciones higiénicas del receptáculo no son nada propias
de unas tierras tan aseadas y cultas como las suizas; en fin, una guarrada.
Pero en defensa de las autoridades sanitarias municipales de Lucerna podemos
imaginar que no son pocos los problemas higiénicos con los que encuentran dado que
han colocado, sin texto alguno, el siguiente cartel dentro de los baños
públicos.
Con estas, la noche se
va viniendo con lo que dirigen sus pasos (iba a escribir al paseo marítimo,
pero aquí no hay mar; tampoco es un paseo fluvial porque no es rio; seria al
paseo lacuestre, pero me suena a caballo, a ecuestre, más que a lago) digamos
pues, que dirigen sus pasos a la orilla del lago para tranquilamente buscar el
parking donde estacionaron por la mañana su estupendo coche de alquiler.
En el camino comentan
que han dejado sin visitar algunas iglesias, entre ellas la iglesia
de los Jesuitas y la VILLA TRIBSCHEN, donde vivió
Richard Wagner acompañado de su mujer Cosima desde 1.866 a 1.872. La iglesia la
dejaron en la ribera frente al casco antiguo cuando el calor apretaba y
decidieron buscar la sombra de las calles del centro. La visita a la Villa
Tribschen fue desechada porque tendrían que ir expresamente en su busca y se
encuentra retirada del centro. La villa que ahora está convertida en el RICHARD
WAGNER MUSEUM y tiene estancias con muebles e instrumentos originales,
fue donde el compositor escribió parte de Tritan e Isolde, y enteramente Los
maestros cantores de Nuremberg y Sigfrido; y comenzó a escribir El crepúsculo
de los dioses.
El día ha sido largo,
mucho trote y mucho calor, aún les queda los cien kilómetros de vuelta, y más
de uno está flexionando el cuello para dar el gran cabezazo en el trayecto de
vuelta.
La Guardia Suiza, se inmortalizó al defender al 6 de mayo de 1527, al enfrentarse a tropas españolas y alemanas, en el saqueo de Roma, en la campaña militar de Carlos V.
ResponderEliminarNunca anduvieron prestando servicio en París, para la época de la Revolución Francesa.
Sobrevivieron 150 hombres, aproximadamente y ese es el motivo, por el cual la tradición fijó en esa cantidad, la dotación de efectivos que custodian al Papa.
Quizás habían mercenarios suizos en París, en esa época, pero no podría asegurarlo.
Hay que recordar que, posterior a la Revolución y en vísperas de la ejecución del rey, Austria intentó formar una coalición que derrotara a los sublevados y reinstaurara la monarquía. Para ese efecto, contaban con tropas mercenarias. Alemanes, rusos, ingleses y algunos más.
Pero la Guardia Suiza, defendiendo las Tullerías...no lo sé.
Mercenarios suizos, quizás, pero ¿¿¿GUARDIAS SUIZOS???
Saludos y gracias.
Renato, desde Chile.-
Muchas gracias Renato por tus comentarios que agradezco sinceramente. No soy historiador ni mucho menos especialista en la Edad Media o en ejercitos pero voy a intentar aportar algunos detalles sobre el asunto.
ResponderEliminarLos mercenarios suizos eran campesinos montañeses que solian estar liderados por algún noble local que prestaban servicios en algunas contiendas extranjeras a cambio de una "merced" o salario. Se hicieron celebres por su impetu, ferocidad y cumplimiento del compromiso adquuirido, leal hasta las últimas consecuencias,por lo que eran muy cotizadas por los nobles y monarcas europeos. Un ejemplo lo tenemos en la Guerra de los Cien Años (1.337-1.453), en la Guerra de Borgoña (1.474), en la Conquista de Granada (1.492) o en la batalla de Seminara (1.495). Así pues, fueron varios los contigentes de guardias suizas que participaron a lo largo de la historia en diferentes contiendas.
En 1.497 el rey Carlos VIII de Francia crea una Guardia Suiza formada por 100 soldados, conocida como los Cien Suizos que seria la guardia personal de los monarcas franceses hasta 1.830 (a excepcion del periodo republicano, sin casa real). Este contigente de tropas fue masacrado durante la Revolucion francesa el 10 de Agosto de 1.792 en la defensa de la Tullerías mientras defendian al Rey Luis XVI. El monumento del león de Lucerna (LÖWENDENKMAL)fue erigido en 1.812 para comemorar ese acontecimiento.
Aunque algunos grupos de mercenarios suizos ya fueron utilizados por otros papas es el 21 de Enero de 1.506 cuando el papa Julio II crea oficialmente, a partir de una leva de unos 150 mercenarios suizos, la Guardia Suiza Vaticana para su protección. Efectivamente el hecho más memorable de este contingente se produce el 6 de Mayo de 1.527 y fué la defensa del Papa Clemente VII en el llamado Saqueo de Roma.
Con esto espero haber aclarado la diferencia entre los mercenarios que formaron la Guardia Suiza de los Reyes Franceses y los que formaron la Guardia Suiza del Vaticano.
Saludos desde España.