De cómo alcanzan el mayor icono de Suiza y se ven sorprendidos por tanto japonés.
Parte Tercera: Zermatt-Matterhorn
El Hotel National de Frutigen tiene una sala de
desayunos muy acogedora, con pequeñas mesas adornadas con delicados floreros, y
una pequeña terraza, con vistas a las montañas cercanas, habilitada también como
comedor. El desayuno es más que aceptable, diriamos es un buen desayuno de tenedor: panes, embutidos, quesos,
mantequillas, mermeladas, miel, crema de chocolate, cereales, yogurt natural y yogurt
con cereales y frutas rojas, fruta fresca y macedonia preparada. La camarera se
acerca solicita y pregunta por la bebida, estamos de suerte, café y coffee fonéticamente
más o menos es igual en todos los idiomas; además de esto, ofrece huevos fritos
o pasados por agua.
Los dos “matrimonios de Cádiz” no son de desayunar mucho
por las mañanas temprano; normalmente prefieren algo ligerito y, luego a media
mañana el pan con aceite, tomate y jamón serrano acompañado de café con leche; pero de
viaje y en un hotel con alojamiento y desayuno incluido, hay que cambiar las
costumbres, y se meten entre pecho y espalda toda la escala nutricional que
ofrece el establecimiento. Dos manos de café con leche, doble ración de pan con
mantequilla y embutidos, y para rematar yogurt y frutas frescas.
El tema de conversación en el desayuno es la elección
del itinerario para el día de hoy: todo depende del pronóstico meteorológico,
pues para cualquier visita a la montaña la situación del tiempo es primordial. Después de sopesar todas las posibilidades de lugares a visitar y revisar las probabilidades de nubosidad y de lluvia deciden que hoy, Lunes, es el mejor día de la semana para ir a ZERMATT y su famoso MATTERHORN, llamado CERVINO por los italianos.
Les hubiera gustado empezar con una visita con
menos “punch” que ésta, pero arriesgarse a ir hasta Zermatt para visitar el Matterhorn con
nubes o mal tiempo es como ir para nada, y ya se sabe: "ir por ir es tonteria". Así pues, zanjada la elección.
Mientras las esposas suben a sus habitaciones a terminar
de comenzar el día de buenas maneras (el kiwi hace estragos peristálticos), los
maridos salen a buscar pan para hacer los bocadillos previstos para hoy.
Rápidamente, en una calle cercana y paralela a la del hotel, han encontrado una
panadería: por tres barras de pan aflojan 9 francos suizos. Sin comentarios.
Casi 3 euros la barrita de pan suizo.
Vista de Zermatt. Oleo 73x105cm. Felix Vallatton Colección Privada. |
![]() |
Albert Bierstadt (1830–1902) | Sunrise on the Matterhorn. The Metropolitan Museum of NYC. |
Al volver al hotel, preparan las mochilas: bocadillo de pechuga de pavo adornada con canònigos frescos y el pan untado con foie; una barrita de cereales salpicados de trocritos de fruta azucarada y una pieza de fruta para cada uno de ellos. Las botellitas de agua, tras los 5 francos suizos pagados ayer en el Thunersee, deciden rellenarlas en el lavabo del baño con agua clara, de Los Alpes Suizos, que sale muy fresquita del grifo y más baratita.
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El itinerario del día:
Desde FRUTIGEN a
ZERMATT: conducir hasta KANDERSTEG (unos 15 kms), allí hay que
montar el BMW Seri 1 de alquiler en un vagón trasportador de coches del tren
que cruzando el túnel de LÖTSCHBERG los
dejará en GOPPENSTEIN (27 francos
suizos)
En GOPPENSTEIN,
una vez bajado el coche del tren, hay que conducir (unos 50 kms) hasta TASCH. Allí aparcar en el parking de la
estación de trenes y, tras comprobar en los monitores que el tiempo es bueno en
Zermatt y, sobre todo en el Matterhorn, sacar el correspondiente billete para
el tren hasta ZERMATT. (16,40
francos suizos)
Una vez se llega a ZERMATT,
sin mayores dilaciones, cruzar la calle justo al salir de la estación para la
otra estación donde, tras comprobar en los monitores que el tiempo es bueno en
Matterhorn, sacar el correspondiente billete y coger el tren hasta GORNERGRAT (86 francos suizos).
Al volver de Zermatt en tren hasta Tasch, sacar el coche del
parking de la estación (16 francos
suizos), conducir hasta Goppensteins (unos 50 kms) para volver a montarlo en el
tren (otros 27 francos suizos) hasta Kandersteg
y, desde allí conducir hasta GRINDELWALD
(unos 60 kms). Un día entretenido.
En resumen, la broma asciende, compartiendo
los gastos del coche, excepto el combustible, entre los cuatro, a 118 francos
suizos, al cambio unos 109 euros por persona.
Son las nueve de una sensacional mañana del mes de
Agosto en Suiza, el cielo es celeste, de un celeste que les recuerda a su
tierra, no hay una sola nube y la temperatura es alta para esa hora y para ese país.
Con comentarios banales, ya hemos dicho que tampoco son los “matrimonios de
Cádiz” filósofos, disfrutan del momento.
En cuanto se acercan a la caseta de pago en KANDERSTEG, la esposa del conductor le
espeta en voz alta: “ticket go and back. We want a ticket go and back”. El marido le espeta: “que sí, que sí, tú déjame
a mí”. Al seguir el tráfico, pues son
muchos los coches que hacen el mismo recorrido, y las fáciles señales que lo
dirigen a una única fila con parada recaudatoria, le espeta a la señora
postulante: “a Goppenstein in train” a lo que es contestado con algo que no
entiende pero ve en el monitor bajo la ventanilla 27 CHF,
y entonces añade “return, return”, por su similitud con retorno, como
las antiguas botellas de cerveza de la “Cruz Blanca” que los envases eran de
retorno, o sea, de vuelta. La señora le suelta otra retahíla, a todas luces
incomprensible para el conductor; con lo cual, el asunto se resuelve soltando
los dos billetes rosa-fucsia de 20 francos suizos, cogiendo el ticket, las
monedas y metiendo la primera marcha para dirigir el coche hasta el semáforo que
les dará paso directo al vagón trasportador de vehículos del tren. En ese
trayecto, el conductor concluye, mientras los otros tres se parten de risa, “esta
gente nos van a sacar los cuartos, aquí no hay ida y vuelta, para allá 27 y
para volver, tendremos que soltarle otros 27 a la prima de ésta que estará en
el otro lado”.
Es divertido montar el coche en aquella plataforma
El trayecto se hace dentro del propio vehículo y a
oscuras. Ya hemos comentado la distribución masculina delantera y femenina trasera
de los ocupantes del coche, lo cual no da lugar a componendas, y el recorrido
se hace en animada alabanza a la ingeniería ferroviaria suiza y a la capacidad
de inversión y fácil rentabilización a 54 francos suizos la ida y vuelta por vehículo.
En GOPPESTEIN por una carretera con mucho tráfico y
pocas señales, pasando por VISP llegan hasta TASCH, donde rápidamente, dejándose
llevar por el tráfico, dejan el coche en el parking de la estación, a expensas
del coste que tendrán que asumir, y caminando dentro del edificio, llegan a la
estación donde sacan los billetes a ZERMATT en máquinas automáticas.
En el tren hacia ZERMATT hay mucha animación; y ya salta
a la vista la gran cantidad de turistas orientales que pululan por Suiza. Un
marido le comenta al otro, “¿has visto la cantidad de chinos que hay?”, el
otro, más puntilloso apostilla, “no son chinos, son japoneses”. A lo que este
responde: “Y, ¿cuál es la diferencia entre un chino y un japonés?, para mí son
todos iguales: chinos”.
En 2.013 de los casi 9 millones de turistas que
visitaron Suiza, el número de chinos va en aumento y sus estancias duplican a la de los japoneses. El mercado turístico
asiático para Suiza es muy importante.
Con estas que llegan a la estación de ZERMATT, donde
toman contacto, por primera vez, con la realidad nipona; los ciudadanos del Sol
Naciente andan a pasitos cortos pero van empujando, empujan y, dado que
acostumbran a ser de tamaño recogidito de natural, se cuelan por la derecha,
por la izquierda o por debajo del brazo. A pelotones salen de la estación,
cruzan el paso de cebra y llegan hasta la estación de donde parte el tren para
GORNERGRAT; con suerte que compran los tickets y montan en un tren de cremallera
a punto para salir.
Verdaderamente, el viaje es todo un espectáculo, el
camino en sí mismo es espectacular, las vistas son impresionantes; el propio
tren cremallera es una atracción; todo el trayecto, hecho a poca velocidad, encandila
a los pasajeros. Desde ZERMATT (1.620 mts) hasta llegar al
final del recorrido son tres las paradas que hará el tren: RIFFELALP (2.211 mts), RIFFELBERG
(2.582 mts) y ROTENBODEN(2.815
mts) antes de llegar a GORNERGRAT (3.089
mts) final del trayecto. Es inexcusable bajarse en la parada de ROTENBODEN.
Las dos esposas, más duchas en las artes idiomáticas, se sientan juntas en el vagón frente a una pareja de
franceses y entablan conversación en inglés; ya
sabemos que los franceses dan un respingo cuando escuchan la palabra Cádiz, todavía
recuerdan que “las gaditanas se hacían tirabuzones con las bombas que tiran los
fanfarrones”, con lo que la conversación se zanja rápidamente tras la palabra
mágica; con estas que los maridos escrutaban el mapa de bolsillo y las paradas
que se iban sucediendo para dar la voz marcial de “adelante” en cuanto el tren
llega a ROTENBODEN.
El día es excepcional y durante todo el trayecto las
vistas al Matterhorn han sido espectaculares
y al bajar el pequeño desnivel de Rotenboden y
alcanzar el pequeño lago de RIFFELSEE las
vistas son únicas. Casi no hay palabras.
Una de las esposas se dirige al marido y le pregunta: “Cariño,
¿tú me quieres?”, y sin esperar respuesta concluye: “Este sitio es para
enamorados. Vamos a quedarnos un ratito a ver si te meto en vereda”. El marido, a modo de regate, le dijo: "Sabes que uno de los amores más delicados y poéticos fue el que mantuvo Petrarca con Laura. Bueno, otro dia te lo cuento. Me he acordado de Petrarca, porque fue el primer hombre que subió a una montaña (monte Ventoux, en los Alpes franceses) sólo por el placer de contemplar las vistas y lo plasmó en una carta al dia siguiente. Esto pasó en 1.336. Es por eso que Petrarca es considerado el padre del montañismo no deportivo."
Tras volver a coger el tren cremallera suben hasta GORNERGRAT visitan una pequeña capilla
de montaña y suben hasta el restaurante-mirador donde realizan el correspondiente
pic-nic del día, no sin antes discutir si volver al lago de Riffelsee, sitio
ideal para dar cuenta de los bocadillos.
El cansancio, la sed y la existencia de restaurante-mirador
con mesas y sillas libre balancean la decisión.
Uno de los maridos, menos aclimatado a la cuestión crematística suiza,
se acercó al self-service para pedir unas bebidas frias, y hete aquí que la
coca-cola light es más cara que la cerveza con alcohol. ¡Viva Suiza! 6 y 5 francos suizos respectivamente.
La factura, sin comentarios:
La factura, sin comentarios:
Deciden bajar a ZERMATT para dar una vuelta por el
coqueto pueblecito, sin tráfico pero atestado de turistas. Zermatt es un pueblo
por y para el turismo, con su iglesia rodeada de tumbas de alpinistas que han
muerto en la subida o en la bajada all Matterhorn, y una multitud de tiendas de
souvernirs y de hoteles de montaña. Dan un paseo y sucumben a la tentación de
un trozo de chocolate con leche y otro de chocolate negro, eso si, a compartir
entre los cuatro.
La factura, sin comentarios:
La factura, sin comentarios:
Tras varias vueltas arriba y abajo, observando a
turistas como ellos, senderistas, alpinistas y cochecitos eléctricos de los
hoteles, deciden dar por concluida la visita y dirigirse a GRINDELWALD, único día que tienen disponible para acercarse al pueblo.
Así pues, desandan los trayectos y llegan pasadas las 7 de la tarde a GRINDELWALD, cuando la mayoría de los establecimientos estaban cerrados, pero con suficiente luz como para disfrutar de las vistas del valle y de las poderosas montañas que rodean el pueblo.
Así pues, desandan los trayectos y llegan pasadas las 7 de la tarde a GRINDELWALD, cuando la mayoría de los establecimientos estaban cerrados, pero con suficiente luz como para disfrutar de las vistas del valle y de las poderosas montañas que rodean el pueblo.
Todo el pueblo está dedicado al turismo, y especialmente
al turismo japonés. En Grindelwald hay una Oficina Japonesa de Información
desde hace más de 20 años. O sea, que estos suizos, ya se vienen trabajando el
turismo japonés desde hace tiempo. Y aunque parezca mentira, mucha culpa del interés
japonés por Suiza se debe a la producción japonesa de los dibujos animados (anime
o animeshon) de Heidi, obra escrita por la suiza Johanna Spyri en 1.880 y
animada para la televisión japonesa en 1.974 como “Heidi la niña de Los Alpes”
La cuenta, sin comentarios:
Tras esto, el cansancio ya se iba apoderando del
personal, dan una vuelta más y tras recoger el coche, que por esta vez, estaba
en un parking gratis, se dirigen al
hotel para dar por concluida la jornada.
En el camino de vuelta, van comentando la gran cantidad
de chinos y japoneses que se han encontrado tanto en Zermatt como en
Grindelwald.
Para rematarlo un marido pregunta. “Por cierto, ¿Cuándo un chino dice que le gusta nadal?. Le gusta ¿el tenis o la natación?.”
Para rematarlo un marido pregunta. “Por cierto, ¿Cuándo un chino dice que le gusta nadal?. Le gusta ¿el tenis o la natación?.”
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