lunes, 17 de agosto de 2015

Viaje a Suiza. Real-Life III. Zermatt-Matterhorn

De cómo alcanzan el mayor icono de Suiza y se ven sorprendidos por tanto japonés.

Viaje a Suiza Real-Life.
Parte Tercera: Zermatt-Matterhorn

 En Frutigen (Suiza) con puntualidad suiza a las 07:30 am se encontraron, los dos “matrimonios de Cádiz”, bajando las escaleras del Hotel National. Uno de los matrimonios tiene el sueño más laxo y menos profundo mientras el otro, en cuanto se deja caer en la cama, entra fulminado en coma cerebral; sin embargo hoy, sin diferencias en el sueño reparador, ambas parejas están descansadas y frescas como rosas de rocío, dispuestas a saborear la aventura suiza.
 
El Hotel National de Frutigen tiene una sala de desayunos muy acogedora, con pequeñas mesas adornadas con delicados floreros, y una pequeña terraza, con vistas a las montañas cercanas, habilitada también como comedor. El desayuno es más que aceptable, diriamos es un buen desayuno de tenedor: panes, embutidos, quesos, mantequillas, mermeladas, miel, crema de chocolate, cereales, yogurt natural y yogurt con cereales y frutas rojas, fruta fresca y macedonia preparada. La camarera se acerca solicita y pregunta por la bebida, estamos de suerte, café y coffee fonéticamente más o menos es igual en todos los idiomas; además de esto, ofrece huevos fritos o pasados por agua.

Los dos “matrimonios de Cádiz” no son de desayunar mucho por las mañanas temprano; normalmente prefieren algo ligerito y, luego a media mañana el pan con aceite, tomate y jamón serrano acompañado de café con leche; pero de viaje y en un hotel con alojamiento y desayuno incluido, hay que cambiar las costumbres, y se meten entre pecho y espalda toda la escala nutricional que ofrece el establecimiento. Dos manos de café con leche, doble ración de pan con mantequilla y embutidos, y para rematar yogurt y frutas frescas.

El tema de conversación en el desayuno es la elección del itinerario para el día de hoy: todo depende del pronóstico meteorológico, pues para cualquier visita a la montaña la situación del tiempo es primordial.  Después de sopesar todas las posibilidades de lugares a visitar y revisar las probabilidades de nubosidad y de lluvia deciden que hoy, Lunes, es el mejor día de la semana para ir a ZERMATT y su famoso MATTERHORN, llamado CERVINO por los italianos.  
Vista de Zermatt. Oleo 73x105cm. Felix Vallatton Colección Privada.
Les hubiera gustado empezar con una visita con menos “punch” que ésta, pero arriesgarse a ir hasta Zermatt para visitar el Matterhorn con nubes o mal tiempo es como ir para nada, y ya se sabe: "ir por ir es tonteria". Así pues, zanjada la elección.
Albert Bierstadt (1830–1902) | Sunrise on the Matterhorn. The Metropolitan Museum of NYC.
Mientras las esposas suben a sus habitaciones a terminar de comenzar el día de buenas maneras (el kiwi hace estragos peristálticos), los maridos salen a buscar pan para hacer los bocadillos previstos para hoy. Rápidamente, en una calle cercana y paralela a la del hotel, han encontrado una panadería: por tres barras de pan aflojan 9 francos suizos. Sin comentarios. Casi 3 euros la barrita de pan suizo.

Al volver al hotel, preparan las mochilas: bocadillo de pechuga de pavo adornada con canònigos frescos y el pan untado con foie; una barrita de cereales salpicados de trocritos de fruta azucarada y una pieza de fruta para cada uno de ellos. Las botellitas de agua, tras los 5 francos suizos pagados ayer en el Thunersee, deciden rellenarlas en el lavabo del baño con agua clara, de Los Alpes Suizos, que sale muy fresquita del grifo y más baratita.
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El itinerario del día:
Desde FRUTIGEN a ZERMATT: conducir hasta KANDERSTEG (unos 15 kms), allí hay que montar el BMW Seri 1 de alquiler en un vagón trasportador de coches del tren que cruzando el túnel de LÖTSCHBERG  los dejará en GOPPENSTEIN (27 francos suizos)



En GOPPENSTEIN, una vez bajado el coche del tren, hay que conducir (unos 50 kms) hasta TASCH. Allí aparcar en el parking de la estación de trenes y, tras comprobar en los monitores que el tiempo es bueno en Zermatt y, sobre todo en el Matterhorn, sacar el correspondiente billete para el tren hasta ZERMATT. (16,40 francos suizos)



Una vez se llega a ZERMATT, sin mayores dilaciones, cruzar la calle justo al salir de la estación para la otra estación donde, tras comprobar en los monitores que el tiempo es bueno en Matterhorn, sacar el correspondiente billete y  coger el tren hasta GORNERGRAT (86 francos suizos).




Al volver de Zermatt  en tren hasta Tasch, sacar el coche del parking de la estación  (16 francos suizos), conducir hasta Goppensteins (unos 50 kms) para volver a montarlo en el tren (otros 27 francos suizos)  hasta Kandersteg y, desde allí conducir hasta GRINDELWALD (unos 60 kms).  Un día entretenido.

En resumen, la broma asciende, compartiendo los gastos del coche, excepto el combustible, entre los cuatro, a 118 francos suizos, al cambio unos 109 euros por persona.

Son las nueve de una sensacional mañana del mes de Agosto en Suiza, el cielo es celeste, de un celeste que les recuerda a su tierra, no hay una sola nube y la temperatura es alta para esa hora y para ese país. Con comentarios banales, ya hemos dicho que tampoco son los “matrimonios de Cádiz” filósofos, disfrutan del momento.

En cuanto se acercan a la caseta de pago en KANDERSTEG, la esposa del conductor le espeta en voz alta: “ticket go and back. We want a ticket go and back”.  El marido le espeta: “que sí, que sí, tú déjame a mí”.  Al seguir el tráfico, pues son muchos los coches que hacen el mismo recorrido, y las fáciles señales que lo dirigen a una única fila con parada recaudatoria, le espeta a la señora postulante: “a Goppenstein in train” a lo que es contestado con algo que no entiende pero ve en el monitor bajo la ventanilla  27 CHF,  y entonces añade “return, return”, por su similitud con retorno, como las antiguas botellas de cerveza de la “Cruz Blanca” que los envases eran de retorno, o sea, de vuelta. La señora le suelta otra retahíla, a todas luces incomprensible para el conductor; con lo cual, el asunto se resuelve soltando los dos billetes rosa-fucsia de 20 francos suizos, cogiendo el ticket, las monedas y metiendo la primera marcha para dirigir el coche hasta el semáforo que les dará paso directo al vagón trasportador de vehículos del tren. En ese trayecto, el conductor concluye, mientras los otros tres se parten de risa, “esta gente nos van a sacar los cuartos, aquí no hay ida y vuelta, para allá 27 y para volver, tendremos que soltarle otros 27 a la prima de ésta que estará en el otro lado”.
Es divertido montar el coche en aquella plataforma





El trayecto se hace dentro del propio vehículo y a oscuras. Ya hemos comentado la distribución masculina delantera y femenina trasera de los ocupantes del coche, lo cual no da lugar a componendas, y el recorrido se hace en animada alabanza a la ingeniería ferroviaria suiza y a la capacidad de inversión y fácil rentabilización a 54 francos suizos la ida y vuelta por vehículo.
  
En GOPPESTEIN por una carretera con mucho tráfico y pocas señales, pasando por VISP llegan hasta TASCH, donde rápidamente, dejándose llevar por el tráfico, dejan el coche en el parking de la estación, a expensas del coste que tendrán que asumir, y caminando dentro del edificio, llegan a la estación donde sacan los billetes a ZERMATT en máquinas automáticas. 

En el tren hacia ZERMATT hay mucha animación; y ya salta a la vista la gran cantidad de turistas orientales que pululan por Suiza. Un marido le comenta al otro, “¿has visto la cantidad de chinos que hay?”, el otro, más puntilloso apostilla, “no son chinos, son japoneses”. A lo que este responde: “Y, ¿cuál es la diferencia entre un chino y un japonés?, para mí son todos iguales: chinos”.

En 2.013 de los casi 9 millones de turistas que visitaron Suiza, el número de chinos va en aumento y sus estancias  duplican a la de los japoneses. El mercado turístico asiático para Suiza es muy importante. 

Con estas que llegan a la estación de ZERMATT, donde toman contacto, por primera vez, con la realidad nipona; los ciudadanos del Sol Naciente andan a pasitos cortos pero van empujando, empujan y, dado que acostumbran a ser de tamaño recogidito de natural, se cuelan por la derecha, por la izquierda o por debajo del brazo. A pelotones salen de la estación, cruzan el paso de cebra y llegan hasta la estación de donde parte el tren para GORNERGRAT; con suerte que compran los tickets y montan en un tren de cremallera a punto para salir.

Verdaderamente, el viaje es todo un espectáculo, el camino en sí mismo es espectacular, las vistas son impresionantes; el propio tren cremallera es una atracción; todo el trayecto, hecho a poca velocidad, encandila a los pasajeros. Desde ZERMATT (1.620 mts) hasta llegar al final del recorrido son tres las paradas que hará el tren: RIFFELALP (2.211 mts), RIFFELBERG (2.582 mts) y ROTENBODEN(2.815 mts) antes de llegar a GORNERGRAT (3.089 mts) final del trayecto.  Es inexcusable bajarse en la parada de ROTENBODEN.





Las dos esposas, más duchas en las artes idiomáticas, se sientan juntas en el vagón frente a una pareja de franceses y entablan conversación en inglés; ya sabemos que los franceses dan un respingo cuando escuchan la palabra Cádiz, todavía recuerdan que “las gaditanas se hacían tirabuzones con las bombas que tiran los fanfarrones”, con lo que la conversación se zanja rápidamente tras la palabra mágica; con estas que los maridos escrutaban el mapa de bolsillo y las paradas que se iban sucediendo para dar la voz marcial de “adelante” en cuanto el tren llega a ROTENBODEN.

El día es excepcional y durante todo el trayecto las vistas al Matterhorn han sido espectaculares
y al bajar el pequeño desnivel de Rotenboden y alcanzar el pequeño lago de RIFFELSEE las vistas son únicas. Casi no hay palabras.



Una de las esposas se dirige al marido y le pregunta: “Cariño, ¿tú me quieres?”, y sin esperar respuesta concluye: “Este sitio es para enamorados. Vamos a quedarnos un ratito a ver si te meto en vereda”. El marido, a modo de regate, le dijo: "Sabes que uno de los amores más delicados y poéticos fue el que mantuvo Petrarca con Laura. Bueno, otro dia te lo cuento. Me he acordado de Petrarca, porque fue el primer hombre que subió a una montaña (monte Ventoux, en los Alpes franceses) sólo por el placer de contemplar las vistas y lo plasmó en una carta al dia siguiente. Esto pasó en 1.336. Es por eso que Petrarca es considerado el padre del montañismo no deportivo."


Tras volver a coger el tren cremallera suben hasta GORNERGRAT visitan una pequeña capilla de montaña y suben hasta el restaurante-mirador donde realizan el correspondiente pic-nic del día, no sin antes discutir si volver al lago de Riffelsee, sitio ideal para dar cuenta de los bocadillos. 

El cansancio, la sed y la existencia de restaurante-mirador con mesas y sillas libre balancean la decisión.  Uno de los maridos, menos aclimatado a la cuestión crematística suiza, se acercó al self-service para pedir unas bebidas frias, y hete aquí que la coca-cola light es más cara que la cerveza con alcohol. ¡Viva Suiza! 6 y 5 francos suizos respectivamente. 
La factura, sin comentarios:



Deciden bajar a ZERMATT para dar una vuelta por el coqueto pueblecito, sin tráfico pero atestado de turistas. Zermatt es un pueblo por y para el turismo, con su iglesia rodeada de tumbas de alpinistas que han muerto en la subida o en la bajada all Matterhorn, y una multitud de tiendas de souvernirs y de hoteles de montaña. Dan un paseo y sucumben a la tentación de un trozo de chocolate con leche y otro de chocolate negro, eso si, a compartir entre los cuatro. 
La factura, sin comentarios:
 



Tras varias vueltas arriba y abajo, observando a turistas como ellos, senderistas, alpinistas y cochecitos eléctricos de los hoteles, deciden dar por concluida la visita y dirigirse a GRINDELWALD, único día que tienen disponible para acercarse al pueblo.   

Así pues, desandan los trayectos y llegan pasadas las 7 de la tarde a GRINDELWALD, cuando la mayoría de los establecimientos estaban cerrados, pero con suficiente luz como para disfrutar de las vistas del valle y de las poderosas montañas que rodean el pueblo.

Todo el pueblo está dedicado al turismo, y especialmente al turismo japonés. En Grindelwald hay una Oficina Japonesa de Información desde hace más de 20 años. O sea, que estos suizos, ya se vienen trabajando el turismo japonés desde hace tiempo. Y aunque parezca mentira, mucha culpa del interés japonés por Suiza se debe a la producción japonesa de los dibujos animados (anime o animeshon) de Heidi, obra escrita por la suiza Johanna Spyri en 1.880 y animada para la televisión japonesa en 1.974 como “Heidi la niña de Los Alpes”



Deciden cenar unas ensaladas en un pequeño restaurante donde puedes elegir los ingredientes a tu gusto. En total 3 ensaladas y 1 botella de agua. 
La cuenta, sin comentarios:



Tras esto, el cansancio ya se iba apoderando del personal, dan una vuelta más y tras recoger el coche, que por esta vez, estaba en un parking gratis,  se dirigen al hotel para dar por concluida la jornada.

En el camino de vuelta, van comentando la gran cantidad de chinos y japoneses que se han encontrado tanto en Zermatt como en Grindelwald. 

Para rematarlo un marido pregunta. “Por cierto, ¿Cuándo un chino dice que le gusta nadal?. Le gusta ¿el tenis o la natación?.”
 






 




 




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