Leyendo el poema de Lorca, romance de la luna, luna, de donde toma su nombre el hotel Tambor del Llano, casa de estos corderitos, que pasamos por el caldero y el horno, la primera estrofa dice "La Luna vino a la fragua con su polison de nardos." Y no nos pudimos resistir a encender la barbacoa, fragua de nuestra cocina. Asi pues, junto con el caldero y el horno, pasariamos al corderito lechal, cual San Lorenzo, por la parrilla, inaugurando de este modo pascual, la temporada primavera-verano de nuestra barbacoa colectiva.
Ingredientes: 2 costillares de cordero lechal, 1 diente de ajo, 2 ramitas de tomillo, 2 ramitas de romero, 2 ramitas de perejil, un poco de vino blanco de Jerez, un poco de aceite de oliva virgen extra, sal gorda y pimienta molida.
Untamos los costillares con el diente de ajo partido, y le añadimos sal gorda y pimienta molida.
Maceramos un poco ambas piezas con un vino blanco y aceite de oliva virgen extra, y las ramitas de tomillo, romero y perejil finamente cortadas.
Y a la barbacoa; unos 10 minutos, primero por la parte de la piel, No quisimos preparar los costillares a la francesa, dejando al aire las costillas, preferimos no manipular la exquisita carne.
Haciendo malabares dejamos otros 10 minutos por la parte mas gruesa de carne.
Y por ultimo dejamos unos 5 minutos por el lado interno de los costillares.
Una vez listo, los troceamos en una tabla, un crimen, un crimen.
Y a comer.
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