sábado, 29 de julio de 2017

Mermelada de higos casera

En verano abunda la fruta, por lo que es un buen momento para hacer mermeladas caseras. Es una buena forma de aprovechar la fruta madura, mejor dicho, la fruta bastante madura.
Muy sencillas de hacer, las mermeladas caseras son fantásticas para los desayunos veraniegos: buen pan, buena mantequilla y un poco de fruta untada.
Necesitamos que la fruta esté madura, bastante madura, sin llegar a pasada pero en un buen punto de madurez.
La podemos hacer con melocotones, peras, cerezas,....
Con higos verdes (algunos les llaman brevas) o con higos negros
En este caso la vamos a hacer con higos verdes
Ingredientes:
- 1 Kg de higos pelados
- 1 limón mediano pelado.
- 450 gr. de azúcar blanca
Ni más ni menos.
Se pelan los higos.
En algunas recetas se le deja la piel.
Se pela el limón, procurando dejarle poco de la parte blanca (el albedo).
El acido critico del limón bajará el pH y permitirá que la pectina de la fruta gelifique mejor. También ayudará a la conservación de la mermelada y a que tome un color más brillante.
Tras triturar el limón lo ponemos en una sartén, aún no hemos encendido el fuego.
Trituramos igualmente los higos y lo añadimos junto al limón triturado.
Igualmente se puede triturar menos y dejar trozos enteros de fruta; esto a gusto del consumidor.
Incorporamos el azúcar; unos 450 gramos.
Hemos usado menos de la mitad del peso de fruta en azúcar sin embargo hay recetas donde ponen la misma cantidad en peso de ambos ingredientes. Varias son las razones que se aducen, a pesar de todo lo cual, usamos poca azúcar blanca.
Con la mitad es suficiente para hacer una buena mermelada casera.
Existen recetas donde se le añade, la mitad de azúcar blanca y la otra mitad de azúcar morena, también incorporan un palo de canela, incluso un clavo de olor. Pero si quieres el sabor único de la fruta, mejor no añadir ningún condimento adicional.
Los ingredientes esenciales son: Limón (acido cítrico), Fruta (pulpa y pectina) y Azúcar Blanca.
Movemos todo muy bien, importante hacerlo con una cucharada de palo.
Y dejamos sin encender el fuego un buen rato para que los ingredientes se integren bien y se produzca la magia de la química. Al macerar el azúcar se disolverá perfectamente en los líquidos que va soltado la fruta, (ósmosis), tomando la fruta una mejor consistencia para la elaboración de la mermelada.
Encendemos el fuego a temperatura media-baja. Esto también es importante, se necesita una temperatura un poco por encima de la ebullición, pero sin alcanzar altas cifras.
De 45 minutos a 1 hora.
Fuego medio-bajo (en una escala de hasta 9 como máxima potencia, seria en un 4 de potencia)
Cuando al pasar el cucharón en la sartén vemos que se hacen, por un momento, dos orillas en la fruta triturada, tendremos la mermelada en su punto.
Mientras tanto vamos esterilizando unos botes para contener nuestra mermelada.
Ponemos a hervir los botes durante al menos 10 minutos.
Los rellenamos con la mermelada caliente, llenamos hasta el borde.
Se debe limpiar muy bien los bordes del bote.
Tapamos con su tapadera original y damos la vuelta para que haga bien el vacío.
Este método es suficiente para que la mermelada nos dure algunas semanas, sin abrir, en el frigorífico.
Para tener un detalle con los amigos se le pone una etiqueta, un papel coloreado sobre la tapa y una cuerdecita a modo de cincha.
Mermeladas de mango, cerezas e higos
En casa, sin tantas florituras, quedan perfectas para el desayuno de verano









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