domingo, 19 de febrero de 2017

Cocer centollas

Estamos en buena temporada para las centollas, especialmente para las hembras que en estos momentos se encuentran llenas de "coral".
La fama, y con razón, la tienen las centollas gallegas; sin embargo, las primas originarias de la Bahia de Cádiz tampoco se les quedan atrás en sabor y textura.
Necesitamos un buen material, en este caso un par de centollas de los corrales. Son de tamaño medio pero tienen un buen peso para un comensal.
Algo más de 700 gramos cada una.
Cuando las compré estaban vivas, pero en el trayecto de la Plaza de Abastos a casa pasaron a mejor vida. 
Necesitaremos una buena olla donde pondremos un generoso puñado de sal gorda y 2 hojas de laurel.
Con el fuego alto, dejaremos que el agua entre en ebullición y alcance una temperatura alta. Lo notaremos porque las burbujas se van haciendo cada vez más gruesas.
Si el centollo está muerto, se introduce con el agua hirviendo, que es la mejor forma de cocerlo.
Si el centollo está vivo, se debe introducir con el agua fría, para que vaya cogiendo temperatura poco a poco, y muera el animal en el proceso lento de cocción.
Se introducen en la olla con la patas hacia arriba, o sea, las conchas hacia abajo. Se cortará la ebullición del agua pero, manteniendo el fuego alto, en pocos minutos volverá a hervir. 
Una vez rompe de nuevo la ebullición, bajamos el fuego a media ponencia y dejamos unos 12-15 minutos.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente. 
Una vez atemperados se meten en el frigorífico para que alcancen la temperatura optima de degustación.
Es fácil desmembrar las patas y abrir el caparazón por la parte de abajo.

Para comérselas no son necesarias instrucciones precisas, todo el mundo se las apaña perfectamente.










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