domingo, 15 de abril de 2018

Viaje a Myanmar Diciembre 2.017. Real-Life II: Yangon-Pagoda Shewdagon

Shwedagon Paya, (Shwe= oro, dagon=colina, la colina dorada), uno de los templos más sagrados del budismo theravada. Probablemente construida entre los siglos VI y X.
A la llegada a Yangon, aún no ha amanecido, el día se presenta largo y ajetreado, tras los trámites en el aeropuerto se impone llegar rápido a la Pagoda de Shewdagon justo al amanecer.
En un lateral del complejo se encuentra el centro de recepción de turistas (10USD la entrada) donde se dejan los zapatos y calcetines. Te dan una pegatina circular que te permite entrar durante un día completo, no tiene horarios de entrada ni de salida.
Ya desde el aparcamiento se observa la majestuosidad de la pagoda con los reflejos tenues de los primeros rayos de Sol.
Tiene cuatro escaleras de acceso que dan paso a unos pasadizos cubiertos (zaungdan) que van ascendiendo, llenos de puestos de flores para las ofrendas, antigüedades y tiendas de souvenirs.
En las entradas, y en otros lugares, del templo se ven estas legendarias criaturas, llamadas cinthé, a modo de leones protectores, fruto del amor de una princesa y un león. Los cinthé que protegen las entradas a la pagoda miden unos 9 metros.

Arriba, en la colina Singuttara, espera un espacio de 46 hectáreas con cientos de santuarios, altares y estatuas donde la Pagoda de Schwedagon es el centro. 
Nada más acceder a la extensa plataforma de mármol blanco donde se encuentra la gran pagoda rodeada de cúpulas doradas de pagodas menores se ven multitud de suplicantes circulando en el sentido de las agujas del reloj.
Son las 7 de la mañana y la explanada comienza a recibir visitantes, sobre todo birmanos que circunvalan la pagoda en un paseo religioso y social.
La terraza principal acoge a cientos de creyentes que rezan y hacen las primeras ofrendas del día. La calma y sosiego del ambiente unido al frío del piso y a una temperatura agradable hacen muy emotiva la visita.
El cielo sin una sola nube y la luz del amanecer enmarcan un escenario único con destellos de oro sobre el pavimento blanco. 
La Pagoda de Schwedagon, también llamada la Gran Pagoda Dagon o Pagoda de Oro, está recubierta con 27 toneladas de pan de oro y en su htí (la parte superior de la estupa, el pináculo que la corona) tiene incrustados 2.371 rubíes y 4.531 diamantes (el mayor de ellos con 72 quilates).
La nueva htí la mandó instalar en 1.871 el rey Minon Min. El rey Minon reinó Birmania entre 1.853 y 1.878, trasladó la capital desde Amarapura hasta Mandalay, fue el penúltimo rey de la dinastía Konnabaung (1.752-1.885) antes de la total dominación británica. Su hijo, y ultimo rey birmano fue Thibaw Min (1.878-1.885), quien camino del destierro a la India, bajando el río Irawadi, miró incrédulo la htí de la Shewdagon Paya.
La estupa (zedi), que mide 99 metros, se presenta majestuosa en el centro de la plaza, tiene 3 terrazas amplias, luego varias más octogonales, y luego cinco bandas circulares que van disminuyendo en diámetro, por encima tiene unas decoraciones en flores, una especie de cuenco invertido, un elemento llamado brote de plátano y finalmente la htí con campanillas doradas.
Según la tradición budista, el templo contiene ocho cabellos del Buda Siddharta Gautama y un bastón de peregrino, un cucharón de sopa y un trozo de manto de los tres budas anteriores (Buda Kassapa, Buda Konagamana, Buda Kakusandha).
La entrada no está permitida.
Imitamos a los birmanos paseando alrededor de la pagoda, tranquilamente, apreciando la multitud de templetes, las hileras de pequeñas capillas, diferentes imágenes, budas blancos, ofrendas de flores y frutas, figuras de animales,...
Decenas de pequeñas pagodas y santuarios bordean toda la gran estructura.
Alrededor de la gran estupa se suceden templos y santuarios donados de todas las partes del mundo budista: pagodas de ocho puntas de China, estatuas de Nepal, Tíbet y la India.
Encuentras santuarios con budas chinos que le incorporan unas estridentes luces multicolores que parecen desentonar en el conjunto.
En varias esquinas de la gran pagoda encuentras pequeños santuarios para rendir culto a los días de la semana
Los birmanos hacen ofrendan y oran al día de la semana en que nacieron
El Miércoles se divide en mañana y tarde.
Cada dia de la semana está representado por un animal; el Miércoles Mañana tiene asignado el Elefante con colmillos.
Se trata de buscar el santuario donde se adora a tu dios-animal
http://caxigalinas.blogspot.com.es/2011/01/sabias-como.html
Mires a donde mires, la pagoda se impone en su inmensidad y fulgor
Un monje dirige el rezo de un grupo de fieles entonando palabras de un idioma hipnótico que, según aclara el guía, no es birmano, sino pali.
El  Sol se eleva poco a poco y la campana invertida comienza a refulgir con destellos dorados
El primer europeo que describió el tempo fue el comerciante británico Ralph Fitch (1.550-1611) como "el lugar más bello que existe en el mundo".
El escritor francés Pierre Loti (1.850-1.923) en 1.900 se enroló en una larga expedición por las costas asiáticas, y viaja desde la India hasta Birmania solo para ver la Pagoda Shewdagon, de cuya visita publicó un pequeño y bellisimo opúsculo de unas 50 paginas : Pagodas de oro, publicado en España.
Para el escritor Rudyard Kipling (1.865-1.936) era "un misterio dorado, acampanado sobre una tierra verde, una pura maravilla que brilla bajo el sol".
Para el periodista y escritor Norman Lewis (1.908-2.003) es "el equivalente budista de la Kaaba, un monumento glorioso y excepcional".
Hemos estado unas 2 horas visitando esta maravilla, el Sol comienza a hacerse valer y nos marchamos con la fructífera idea de volver al atardecer.
Y volvemos cuando los últimos rayos del Sol se despiden de la pagoda
El color de la estupa vira un poco
La Luna Llena también aparece en el fondo del cielo mientras el Sol va ocultándose
Grupos de jóvenes giran en torno de la pagoda barriendo el suelo de la terraza mientras se va cayendo la noche
Por todos sitios, por los santuarios, pequeñas pagodas y templetes los creyentes enciende multitud de pequeñas velas y palmatorias.
La Luna Llena va ascendiendo
Las imágenes son especiales
La noche cae y hace más bella a la pagoda
No cesan de llegar birmanos para hacer ofrendas de flores y frutas
Nos marchamos casi sin querer irnos
Volveremos




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