El secreto de muchas recetas está en el caldo con el que se cocinan los ingredientes. Para un buen arroz de marisco, para un guiso marinero, para la guarnición de un pescado al horno es esencial disponer de un caldo sabroso y con personalidad.
El caldo de langostinos un fumet que da muy juego, y nada que ver con el caldo de gambas mucho más suave. Cuando vayas a usar los cuerpos de los langostinos aprovecha el resto para hacer un caldo que elevará cualquier guiso marinero.
-Cabezas y cascaras de los langostinos
-1 Cebolla dulce (blanca) mediana
-1 Diente de ajo
-1 Hoja de Laurel
-1 Litro de Agua
-Aceite de Oliva Virgen Extra
En una olla mediana, cubrir el fondo con un par de cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y poner el fuego medio.
Añadir las cabezas y cascaras de los langostinos.
Se estrujan un poco con una maza de mortero y se sofríen bien.
Si quieres un caldo más potente se le puede añadir un poco de brandy o de vino oloroso; como medio vaso (125 ml).
En nuestro caso queríamos un caldo sabroso pero ligero, con el sabor simple a langostinos, es por lo que no le añadí ningún alcohol.
Posteriormente se incorporan la cebolla en cascos, el diente de ajo entero y la hoja de laurel.
Damos unas vueltas y dejamos que se sofrían un poco para que suelten todo su sabor.
Así mismo, si quieres un caldo más contundente, por ejemplo para un arroz a banda, se añade una cucharadita de pimentón de La Vera y un tomate maduro en trozos.
Cubrimos con agua fría.
Es interesante no abusar del agua, e incorporar, más o menos la cantidad que vayamos a usar, al objeto de no diluir mucho el sabor.
No es necesario que esté mucho tiempo hirviendo el agua, con unos 5-8 minutos es más que suficiente.
Se puede dejar reposar un poco para que infusione bien.
Finalmente se cuela y se reserva para su uso.
Se puede congelar perfectamente.
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